LEGISLA QUE ALGO QUEDA

Las leyes de educación se suceden al ritmo de los gobiernos, la excusa recurrente: la calidad. Apuesta ahora el PP por la excelencia minoritaria y el PSOE por la igualitaria, ambos por el trillado camino de sus rancias ideologías y la fuerza de ley, como si fuese éste asunto que admitiese decretar a interés y capricho de partido.

Invariablemente a una estupidez le precede otra de similar catadura, de ahí que no fuese difícil deducir que a la ocurrente asignatura socialista de “Educación para la Ciudadanía”, le iba a suceder la de “Educación Cívica y Constitucional” del PP.

El mismo perro con distinto collar, siendo el perro la obsesión de los políticos por adoctrinar en la insana creencia de que tal dislate puede facilitarles la ansiada perpetuación en el poder. Y siendo el collar las miserables consideraciones intelectuales de sus redactores, porque no se pueden calificar de otro modo aquellos principios, por bien intencionados que sean, que se recetan como píldoras de un maquiavélico sentido ético o moral.

Como norma general el aprendizaje de cualquier disciplina educativa debe estar presidido por el elemental proceso de reflexión que posibilite al alumno la asimilación del conocimiento transmitido sin otra injerencia que la de su propia capacidad intelectual. Qué decir pues de este ejercitarse de por vida en la difícil tarea de saber vivir de acuerdo con nuestros principios y convivir acordando con los de los demás.

LEGISLA QUE ALGO QUEDA

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