La imaginación de algunas personas es demasiado desbordante. En Ribeira, un hombre fue detenido por simular un secuestro. La cuestión es que tenía que justificar su ausencia de casa ante la parienta y en lugar de reconocer que se había ido de farra, prefirió asegurar que había sido secuestrado para evitar la más que presumible bronca por parte de su compañera. Sin embargo, su ocurrencia le puede salir ahora cara, ya que ha cometido un delito de denuncia falsa. Y más imaginación demostró un ourensano de 25 años que denunció el robo de su teléfono móvil por parte de dos individuos que iban disfrazados de pollitos amarillos. Es cierto que el móvil era de esos carísimos y estaba valorado en más de mil euros, pero tal vez se pasó con la descripción de los asaltantes.