Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre, dicen en las bodas católicas. Pues bien, ese ritual también parece que es lo que ha unido al PSE con Ciutadans, un pacto sacrosanto que no admite tríos. Porque aquí el único  uno y trino es Dios (incluso con reparos), según el Antiguo Testamento. Es decir, que Podemos está entre que podemos pero no sé si queremos, entrar en ese trío casi imposible del “parto de progreso”, y Ciutadans está porque aquí, aparte del PSE, el único que chinga es él, y no queremos nada de si Podemos o no Podemos, dicen. 
Mientras tanto, Pedro Sánchez está más preocupado que un viejo de ochenta años con una moza entre sus brazos, y su última pastilla de viagra rodando por la mesilla. Tanto, que ya evalúa si se la coge con el cajón de la misma para poner una disculpa. Y es que, cuando a Pedro Sánchez le hicieron firmar con Ciutadans, no se sabe si le aconsejaron mal, o  fue a propósito.