BAILE DE PINOCHOS

El Gobierno advierte tímido de la quiebra, la oposición y los sindicatos la niegan. La dudosa piedad de esa mentira nos aleja de la cruel verdad que denuncian los hechos, exigiéndonos responsables. El PSOE fue acusado de propasarse con los recortes, sin embargo, traza rayas rojas al Gobierno en esta materia. Alertando, a su vez, de que tal política nos conduce a la ruina. La misma que ellos anunciaron y para la que dispusieron el mismo remedio.

Los sindicatos van por la segunda huelga general buscando imponer sus rayas, y exigiendo un referéndum para decidir sobre ella, como si fuese una opción. Ante tan dispar visión cabe preguntarse, ¿quién miente? Si el Gobierno tiene dinero habría que concluir que estaría aprovechando la situación para recortar derechos laborales y sociales. Algo que es a todas luces intolerable. Pero si de verdad no lo hay, qué grado de indolencia anima a quienes lo niegan.

La mentira es moneda de curso legal en la política, pero esta es intolerable porque la bancarrota no la corrige el dispendio, ni tampoco el dejar de pagar las deudas y más cuando se vive del préstamo. Somos un pueblo adicto a la piedad de la mentira y a la mentira como la más tolerable de las verdades. Pero de donde no hay no se puede sacar, certeza que no admite adicciones. Dejémonos, pues, de trazar líneas rojas y pongamos en práctica políticas que nos permitan delinear un Estado con autonomía y capacidad para satisfacer nuestras necesidades.

BAILE DE PINOCHOS

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