Ya han pasado las elecciones municipales y los resultados han dejado valoraciones para todos los gustos. El Partido Popular ha sufrido un revés, perdiendo buena parte de su presencia en los ayuntamientos pero sigue siendo una de las fuerzas más votada, a pesar del empuje de alternativas y mareas diferentes. También ha quedado claro que los tiempos de las mayorías absolutas han pasado. Pocos serán los alcaldes que puedan gobernar en solitario. Hasta el próximo 13 de junio hay tiempo para reuniones, propuestas y contrapropuestas. Veremos entonces cuantos consiguen llegar a la fecha con los deberes hechos y un pacto o acuerdo que les permita gobernar. Han servido también estas municipales para que los diferentes partidos tomen buena nota de la realidad. Tras el aviso de las elecciones europeas, ahora llegaba un examen de los que cuenta para nota a final de curso. Había que ver hasta qué punto había calado el mensaje de cada una de las formaciones. Hasta noviembre hay tiempo para enderezar el rumbo si uno acepta ver la realidad. Así, el Partido Popular se enfrenta con el desencanto de su electorado ante las políticas de recortes forzadas por la crisis. También los casos de corrupción que han salpicado las listas populares se han cobrado su precio. Deberán los populares esforzarse ahora por demostrar cómo los esfuerzos realizados han servido para algo. Pero también tendremos la oportunidad de ver cómo se manejan en esto del gobierno muchos que se pregonaban como el cambio verdadero. Prometer e ilusionar desde la oposición es algo fácil. No lo es tanto cuando llega la hora de cumplir con esas promesas. Hasta noviembre será tiempo de ver si la alternativa prometida es cierta o al final todo acaba siendo más de lo mismo. Lo cierto es que nos esperan unos tiempos diferentes, donde la política cobrará un nuevo significado. Gobernar con mayoría es fácil, pero cuando tienes que convencer a los demás de tus propuestas viene lo complicado y el verdadero mérito. Es el momento de apoyar proyectos que no compartes si no quieres ver cómo la institución se estanca, se paraliza y se hecha por tierra el esfuerzo de todos estos años. Y el mapa de los ayuntamientos gallegos se presenta ahora más plural que nunca, con opciones de lo más variado y pactos para todos los gustos. Habrá que esperar para ver cuántos llegan a final de año.