Saber estar

Han sido muchos los alcaldes que Ferrol ha tenido en las últimas décadas. Jaime Quintanilla Alfonso Couce Doce, Manuel Couce Pereiro, Mario Villaamail,  Juan Blanco Rouco, Xaime Bello, Juan Juncal, Vicente Irisarri, o José Manuel Rey. Todos ellos, del primero al último, han sido alcaldes que han sabido representar a su ciudad con la dignidad que el cargo requería en cada momento. Todos ellos han sido servidores de Ferrol, y a todos ellos esta ciudad debe un respeto y un reconocimiento, porque han sabido anteponer su responsabilidad por encima de cuestiones partidistas. Con mayor o menor acierto en su gestión, pero todos ellos supieron ser alcaldes de todos y supieron estar a la altura de las circunstancias. Es algo que debemos reconocerles, por encima de diferencias partidistas. Hoy, lamentablemente, no podemos decir lo mismo del inquilino actual de la plaza de Armas. Utiliza la política de gestos, para tapar su nula gestión, y su incapacidad política para asumir que ya no es jefe de Ferrol en Común, sino el alcalde de Ferrol. Sabe que está de paso, y que está de prestado, porque no han sido los votos de los ferrolanos los que le han puesto ahí, sino los de su socia de gobierno mal avenido. Primero fue el ataque a la Semana Santa y a sus cofradías, antes incluso de tomar posesión como alcalde; después la fractura del gobierno local generada por la adjudicación de la polémica cabalgata de Reyes; a continuación el intento de retirada del busto del Rey; varias crisis de ruptura del gobierno local, y ahora la presentación de una moción contra la monarquía parlamentaria, coincidiendo con la primera visita del Rey Felipe VI a la ciudad.  En eso se resume el gobierno de Jorge Suárez. Un desafío permanente a la paciencia de los ferrolanos.  Ferrol necesita un alcalde que sepa representar a todos y que mantenga un respeto institucional como han tenido todos sus predecesores. Si Suárez hubiese paseado por las calles de Ferrol durante Semana Santa, se lo habrían dicho muchos ferrolanos. Pero el huye de los vecinos, y por eso apenas pisa la calle. Reniega de Ferrol, de su identidad, de sus tradiciones, de su cultura, y de su historia, olvidando que  han sido los Borbones, los que fundaron aquí nuestros arsenales y nuestros astilleros. Olvidando, lo más importante, que su obligación es representarnos a todos.

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