Los gobiernos, títeres de las multinacionales

estamos en un mundo de locos. El plástico nos inunda. Compras madalenas y la bolsa es de plástico y cada una de las madalenas de la bolsa, a su vez, tiene su propio envoltorio de plástico también. Los yogures, la leche, todo, todo, va en envases de plástico. Cuando vayan a un comercio, obsérvenlo y lo comprobarán. Esto es una locura. Por Ley gubernamental, nos quitaron las bolsas de plástico gratuitas de los comercios con la excusa de que eran malas para la ecología y que, por otro lado, nosotros reciclábamos utilizándolas para la basura. Ahora, en cambio, pagamos las bolsas de la compra y además, tenemos que comprar las de la basura que antes no necesitábamos. 
El negocio está claro para quién es.  Por nuestra parte, ya cumplimos con la Ley, paganos las bolsas y reciclamos, pero ¿y la otra parte?, las multinacionales, no han renunciado al pastel y no han reducido el volumen de plástico que producen en millones de toneladas al año. Ahora falta que los gobiernos se atrevan a prohibírselo y por ley limiten los envasados plásticos.
Así que al no atreverse a prohibir nada a las multinacionales, los cínicos gobiernos nos bombardean a nosotros con el reciclaje. Y lo peor es que todos sabemos por qué no lo hacen: Los gobiernos son los títeres de las multinacionales.
Por qué no se hace ahora como se hacía antiguamente. Casi todo iba envasado en vidrio: los yogures, refrescos, leche, gaseosas, cerveza, vino, aguas, etc., es decir, cada marca recogía sus propios envases, los lavaba y los volvía a rellenar para enviarlos de nuevo a los comercios y de nuevo comenzaba el ciclo. Eso era verdadera ecología. Era sencillo y 100% ecológico. Íbamos a comprar y nos cobraban los envases, por lo que no los podíamos ni tirar, ni perder, los teníamos que devolver para recuperar el dinero. Eso era verdadera ecología porque no se tenía que recoger el vidrio en contenedores y llevarlo a los contaminadores hornos para fundir las botellas y poder fabricar de nuevo los diferentes modelos para cada una de las marcas, gastando mucha energía y emitiendo gases contaminantes al medio ambiente. Eso es absurdo. 
Con su habitual cinismo, ahora, los gobiernos nos machacan con el negocio oscuro del reciclaje bailándole las aguas a las multinacionales y nos rebotan a nosotros la responsabilidad del reciclaje. “Papá, es que si no reciclas no eres ecológico”, me dicen en casa. Me han implantado en el cerebro  “el síndrome del reciclado”.
 Es muy cierto que cientos de miles de toneladas de basura de plástico, y que, por cierto, no generamos nosotros y si las multinacionales para su beneficio. Es a ellas a quienes, por supuesto, les conviene su uso para vender más y rentabilizar sus ganancias sin necesidad de emplear a más gente para recoger y remitir los envases a la fábrica de envasado. A ellas les importa un bledo la ecología y a nuestros títeres gobernantes tampoco. 
Otro día se puede hablar del negocio oscuro de los contenedores de reciclaje que, en muchos casos, se llevan los amigos de los politiquillos locales.

Los gobiernos, títeres de las multinacionales

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