Conocemos el resultado del primer capítulo de las primarias del PP, ahora falta el desenlace. El triunfo ajustado de Soraya Sáenz de Santamaría no clausura la batalla par hacerse con el liderazgo del centro derecha español. Han votado los militantes, y ahora entran en escena los compromisarios. Pablo Casado ha quedado a un puñado de votos de diferencia con Soraya y no es improbable que en esa segunda vuelta pudiera recibir el apoyo de quienes votaron a Dolores de Cospedal, la tercera y, en cierto sentido, gran perdedora de las primarias. Habiendo sido la secretaria general del partido, cargo que se supone que otorga un grado notable de control de la situación dentro de la organización, el palo recibido (quedó tercera) supone algo más que un fracaso político. Aun así, quienes la han votado, conocedores del antagonismo con Sáenz de Santamaría, es probable que en la segunda vuelta decidan apoyar a Pablo Casado. De ser así el más joven de los candidatos podría hacerse con la llave de Génova 13. El escenario está abierto.
Quizá por eso, anticipándose a los acontecimientos, Soraya, la ganadora, en diferentes declaraciones ha dejado caer que no le haría ascos a formar un ticket con Casado. El joven palentino no ha sido tan explícito. Puede que haya echado cuentas y prefiera jugar fuerte. O César o nada. La juventud es estación de audacia y podría intentarlo. La historia de Pedro Sánchez y el órdago que en su día le llevó a hacerse con el liderazgo del PSOE podría estar en la mirada de Casado invitándole a jugar sus cartas. En algún sentido el resultado de las primarias ha sido una derrota del aparato y un triunfo de los más jóvenes entre los candidatos. La fórmula de los compromisarios y la segunda vuelta que fue ideada como procedimiento de control para evitar la guerra civil, en este caso podría beneficiar a Casado. Soraya es una persona inteligente y tiene que haber previsto ese escenario. Así que lo lógico es pensar que intentará llegar a un acuerdo con él para repartirse el poder. Que es mucho. Más allá del shock sufrido tras la moción de censura, el PP sigue siendo el partido que tiene la mayoría en el Senado y el mayor número de diputados en el Congreso.