Ya saben ¡estamos en carnaval! y hay que darle placer al cuerpo y alegría al espíritu. De ahí el disfraz, las comparsas, el teatrillo del “te conozco mascarita” y luego las paparotas. Tenemos una importante partida de chorizos, con asentamiento en Valencia ¿lo pillan?
De la marca Producto Propio, que se ha “juntado” al mercado nacional pródigo, en esa marca, allá donde usted busque: Castilla-La Mancha, Madrid, Castilla y León… y por aquí, con varios nombres que han hecho historia, desde la A hasta la Z, que nos revelará grandes misterios como ¿Quién pernocta en monte Pio? ¿Qué pasa con los barones en huida? ¿El asunto Baltar es solo pecado, no llega a falta y puede sentar jurisprudencia?
Pero hay más, compañeros: el teatro –que es un espejo de la realidad, de la vida, aunque a veces aparezca distorsionado lo que cuenta– nos ofreció con “El discurso del rey” una serie de reflexiones sobre el poder, la monarquía, el poder de la palabra y la necesidad de entrar en la vida de los ciudadanos…
Jorge VI, en un momento tan delicado para el mundo: una crisis económica profunda, el ascenso del fascismo y el nazismo. La guerra mundial y la pérdida de hegemonía de Gran Bretaña, reflexiona sobre su papel: ¿para qué sirve un rey? ¿Puedo nombrar presidente? ¿Hacer yo el gobierno? ¿Poner yo las leyes?
Y, conociendo la respuesta, afirma: solo si consigo el cariño de mis conciudadanos, si les sirvo, tendrá sentido la monarquía. No hará falta contar el final de la historia, pero sí es bueno seguir el paso de los acontecimientos que nos atañen y el papel de cada cual que, en casos, parece marcado por las fechas del entroido… y ojalá no nos cueste una larga cuaresma y al final, entre unos y otros, nos crucifiquen a los que llevamos el pesado peso de sus actuaciones.
Pero volvamos a la calle. A lo que se ve y se escucha. Al calvario diario donde siete de cada diez desempleados no percibe ninguna prestación; donde la desigualdad es la divisa de la marca España y donde quien gobierna, y aspira a repetir, metió mano en la caja de la Seguridad Social mientras “rajaba” de la herencia, presume de la defensa de la unidad de España mientras los españoles son víctimas de la mayor desigualdad entre ellos…
Carnaval, carnaval: máscaras, lacón y chorizo. Demasiado chorizo, dice el pueblo, que pide pan, trabajo y justicia.