HAce unos días, Bruselas se atrevió a anunciar a bombo y platillo que la crisis es cosa del pasado. Para semejante aseveración se basan en los índices de crecimiento de los países, que van viento en popa y en la creación de empleo en la zona Euro, que también va bien aunque aquí, en España, la situación todavía dista bastante de ser la deseada. Sin embargo, llama poderosamente la atención que no haya buscado otros referentes que también pueden resultar fiables a la hora de determinar la salud económica de la UE. Por ejemplo, se podrían haber fijado en los bancos españoles, esos que engulleron como un cachorro hambriento los miles de millones que puso a su disposición el fondo de rescate y que han cerrado el año con unos beneficios de 32.000 millones. Eso sí, que nadie se haga ilusiones, de todo aquello que percibieron y que nos lo sacaron a los ciudadanos no tienen ni la más mínima intención de devolver ni un euro.