Procesos y elecciones

Ya lo saben ¡habemus elecciones! ¿Será el inicio de una nueva primavera? ¿Y, con la que está cayendo, los procesos interferirán en las elecciones? El trío de la bencina –las tres derechas– quieren incendiar el país y que el procés les pueda servir de caladero.  De este se ha dicho que es “un juicio en defensa de la democracia”.

Estaría bueno que resultara otra cosa. Pero de aquí al 26 de mayo hay otros 54 procesos de los que mi memoria recuerda unos cuantos: Gurtel, Bárcenas, Púnica, Nóos, Andrafx, Brugal, Soler, Pokemon, Fabra, Campeón, Palace Arenas, Guateque, Emarvisa, Erial y así hasta más de medio centenar de procesos judiciales por corrupción y por donde desfilarán un puñado de poco distinguidos militantes del PP. Aquí seguiremos con interés el caso de los cursos de formación, pues tiene su morbo por los datos conocidos hasta ahora,,

Y llueve sobre mojado, pues ya en sede judicial, y en investigaciones policiales –y en algunos casos relacionados con esta lista que adorna el balcón– quedó claro que desde Aznar hasta Rajoy –y por allí andaban Esperanza, Casado, Zaplana y otros miembros del partido, con mando en plaza y que miraron para otro lado– el PP acudió dopado a las elecciones, pagó con dinero en B las obras de sus sedes; el dinero de las mordidas se usó para pagar sobresueldos y un amplio etcétera que ya todos conocemos.

Pero ya no solo es que metieran la mano en la caja, es que además tomaron por tonta a la ciudadanía. Desde aquel “todo es mentira menos algunas cosas” hasta el cinismo del no sé, no me consta, no me acuerdo que si fuera cierto demostraría en qué manos estaba el país con gentes que no sabía lo que pasaba a su lado con sus más adictos y próximos. 

Pero es que además en estas elecciones muchos políticos tendrán que responder por sus responsabilidades al negar –con el no a los presupuestos– a los ciudadanos más necesitados el copago farmacéutico, las ayudas a los dependientes, mayor atención a la Sanidad. Ahora mismo media España, y en Galicia de un modo destacado, los ciudadanos están en la calle denunciando  que la crisis y la externalización han convertido una sanidad modélica para medio mundo en un sistema de salud tercermundista, como demuestran testimonios gráficos y declaraciones de médicos y enfermeras, que dejan en mal lugar a Feijóo, el padre del céntimo sanitario, que la sitúa entre las mejores de Europa.

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