Se calcula que 13 millones de mujeres en la UE experimentaron violencia física y que una de cada 20 mujeres ha sido violada desde los 15 años. Estos datos forman parte de un estudio realizado por el Parlamento Europeo y ponen de manifiesto que ya es el momento de reconocer, de manera global, que la violencia “doméstica” o de “pareja” no puede ser considerada un asunto privado, sino una cuestión en la que debe intervenir el Estado de manera efectiva.
En muchas ocasiones la realidad va más allá de las legislaciones y la psicosis que se crea en ciertos colectivos es un síntoma de que algo no funciona como debería. Prueba de ello es que la mitad de las mujeres de la UE, el 53%, procura evitar lugares o situaciones por temor a ser víctima de agresiones físicas o sexuales. Estos días se ha vivido una auténtica consternación por los dos casos de violencia machista ocurridos en Galicia con el asesinato de dos jóvenes mujeres inocentes.
Está claro que la violencia de género contra las mujeres es una desagradable realidad y por eso la UE es consciente de la necesidad de articular más programas de ayuda para la protección de los niños, jóvenes y mujeres frente a todas las formas de violencia para constituir pruebas de cara al desarrollo de respuestas contundentes y realistas, evitando que se repitan algunos resultados de la encuesta descrita que señala que el 30% de las mujeres de la UE víctima de agresiones sexuales por parte de su pareja había sufrido también violencia sexual en la infancia.