El lujazo asiático en plena Suiza

UNO va a Suiza a achantar pasta, a comprar queso, a buscar una vaca morada, a tratar de conseguir chollo –si es gallego– y regresar en el verano con un coche en cuya parte trasera luzca una pegatina con las letras “CH”. En la aldea se crea revuelo y todos se preguntan qué marca de automóviles es esa. Pero ahora hay también quien se va a ese montañoso país a continuar la lucha proletaria... Pues sí, a eso ha ido Anna Gabriel. ¿O tal vez haya ido a poner a prueba su condición de influencer? Porque ella, que fue capaz de instaurar la moda de cortarse el pelo al estilo de las nekanes, lo primero que hizo al llegar a Suiza fue cambiar su hair style. ¡Y menudo cambio! Melena suelta, sin flequillo... Hasta puede pasar por una niña pija. Y lo más divertido es que se lo cree, porque se define como “una exiliada de lujo”. Pero aquello está más caro que Barcelona y la pobre se estaba quedando sin un pavo. Llamó desesperada, la CUP sacó el platillo y ha recaudado 40.000 euros... Ya puede volver al lujo, incluso al lujazo.

El lujazo asiático en plena Suiza

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