Los tiempos cambian. Antes se decía: “Para comer, Lugo”; los coches lucían pegatinas con el eslogan, muchos más alimenticio que el de “no me toques el pito que me irrito”, también de moda por entonces. Eran los tiempos de Cacharro –¡cuánto duraron aquellos tiempos!–, pero ahora la buena alimentación está al otro lado del Atlántico. Al menos eso piensa Íñigo “El niño de San Ildefonso” Errejón. El exnúmero dos de Podemos no es hombre de mucha comida, o, si lo es, al menos no lo luce, pero cuando va a visitar a sus amigos bolivarianos se debe de pegar unas enchentes pantagruélicas. “En Venezuela la gente hace tres comidas al día”, ha asegurado en una entrevista concedida a una periódico chileno... En los ambientes en los que él se mueve –“Chávez vive, la lucha sigue”– harán tres comidas quienes estén a dieta, porque si les da la gana de hacer cinco, siete o incluso veintiuna, no hay el mínimo problema para que se den ese capricho. En dos días dirá que hay un problema de sobrepeso entre los venezolanos.