El problema de la educación

Los niños canarios no tienen que estudiar dónde nace el Ebro, ni tan siquiera el Miño o el Duero. En Cataluña no saben nada de los Reyes Católicos y en Asturias se censura todo aquello que diga que el bable es un dialecto. La distribución de las competencias de Educación a las comunidades ha creado un grave problema que se traduce en la necesidad de hacer libros de texto al gusto de los responsables de cada territorio. Ahora, por lo menos, la ministra del ramo, Isabel Celaá, reconoce que la situación se nos está yendo de las manos y que existe un problema. Ya solo falta que lo solucionen de una vez.

El problema de la educación

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