A Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias, le dio hace una temporada por meterse a politólogo sanitario y proclamó que los escraches eran “jarabe democrático”. Si aquel antitumoral a base de algas feito en Galicia tuvo tantos problemas para superar los controles de las agencias del medicamento, no te digo nada lo que ocurriría con ese preparado de color morado. Ahora, pasado el tiempo, estaba él comiendo tan ricamente con la primera dama del partido, Irene Montero, y otros destacados podemitas –el número de tenedores que luciese en la puerta el restaurante es lo de menos– cuando se les acercó un venezolano y les espetó: “Venezuela se muere de hambre”. El hombre de la coleta y sus compis saltaron como posesos a las redes sociales para denunciar la gravedad de que el PP alentase los acosos... O el venezolano llevaba tatuada en la frente la gaviota o culpar a los peperos es tan exagerado como negar que en el país sudamericano se violan los derechos humanos.