La globalización del derecho

La crisis económica y financiera a la que parece que regresamos, probablemente por no actuar sobre sus causas, nos invita a reflexionar sobre la necesidad de una regulación global y sobre la aplicación de los principios de transparencia, racionalidad o buena administración desde una dimensión universal. No es suficiente ya la regulación nacional o la jurisprudencia de los distintos poderes judiciales estatales en punto a los principios generales del derecho. Ha llegado el momento de responder ante una crisis nuevo parece global. Para ello es menester caer en la cuenta de que los Ordenamientos jurídicos internos de los diferentes países han de articularse con un nuevo orden jurídico general en el que los postulados del Estado de derecho brillen con luz propia.

El fracaso de Naciones Unidas como institución universal debe conducir a su urgente reforma. El sistema de veto es anacrónico y expresa, además, las limitaciones de la visión unilateral. Se toleran desmanes y atentados claros a los derechos humanos y se reacciona desde la oportunidad y el cálculo y no desde el compromiso radical con la defensa, protección y promoción de la dignidad humana. La gobernanza global, pública o privada, precisa de regulaciones basadas en principios de derecho. La eficacia y la eficiencia como parámetros absolutos han traído consigo una crisis económica de proporciones todavía desconocidas. La partitocracia reinante en muchos Estados impide una real separación de poderes. La ley ha perdido en parte su prestigio como expresión de la voluntad general para convertirse en instrumento de la lucha y en arma para esquemas de enfrentamiento y confrontación. Los derechos fundamentales de la persona se ningunean, se mutilan o se lesionan en función de los intereses de cada momento. Hemos construido un sistema político, económico y social en el que los fuertes dominan a los débiles porque se han olvidado los principios del derecho, porque se ha renunciado al primado de la racionalidad y de la objetividad en combinación con la justicia.

Los principios de derecho y que son la encarnación de la justicia, han sido desplazados por los mitos de la eficacia o eficiencia. Junto a ellos ha surgido una obsesión por el dinero y el poder que ha terminado por hacer del derecho un instrumento que se puede manejar al libre albedrío.

La globalización del derecho

Te puede interesar