No le falta razón a Plácido Domingo al asegurar que ante la opinión pública fue acusado, juzgado y sentenciado de un solo golpe y sin el más mínimo beneficio de la duda. Es la reacción que han provocado movimientos como el #metoo. Por supuesto que las denuncias contra los abusos se tienen que realizar, pero en el caso del tenor español, ninguna de las mujeres que realizaron las acusaciones fue capaz de presentar una sola prueba que consiga sostener su caso ante un juez. Estamos en tiempos de lo políticamente correcto y, es evidente que Plácido Domingo es una víctima de este buenismo.