Beatus Ille

Lo conocí gracias a la librería de viejo regentada por el Sordo, en las quimbambas de la calle Magdalena. El estadounidense Rex Stout (1886-1975), creador del orondo detective Nero Wolfe, faltaría más, con secretario particular incorporado (Archie Goodwin, para el caso; según creo recordar –no se fíen mucho– se afeitaba las piernas, mira tú qué moderno…), saltó a la fama en 1934 con “Fer-de-lance” y supo mantenerse en el machito hasta el mismo año de su muerte. Lo que distinguía a Nero Wolfe del resto de sabuesos era su afición a las orquídeas, esa flor singular, mitad vegetal, mitad insecto, parienta rica de la mantis religiosa, cuyos colmillos de cobra cabreada acechan, furibundos, un blanco micro-pene, erecto, por más señas…
Vaya esto a cuento porque quiero, en esta 150 entrega venérea de hora de todos o fortuna con seso y aun con sexo, celebrarlo, robinsón de tanto viernes, a lo Machín, pero con más bemoles: dos orquídeas de mi huerto para ustedes. Héteme aquí que, de una maceta prácticamente muerta, dejada por una infanta mía por imposible, aquí uno, regador de regadera en ristre, ha logrado, a base de paciencia y barajar, su florido pensil de vaginas dentadas: mis primeras orquídeas, surgiendo de su rama, una tras otra, en busca de su presa…
Tan contento me hallo tras mi pascua florida, que deseaba compartirlo con vds., como en su día hice con la primera vez, cincuentenario tardío, que aprendí a “cortar y pegar”, a “guardar como” e “imprimir página actual”, en un anangarranga de programas bloqueados y kamasutranobis de gozos innombrables… Lo del cultivo de especies vegetales son palabras mayores; una especie de rito iniciático de la fertilidad, poco importa si al final del camino… Y si lo que te crecen son orquídeas, entonces ni te cuento…
He regresado a la escondida senda del tiesto sospechoso, vigilado, con mimo, a toda hora, regado con chorrito de agua fresca y abonado a palco del Liceo. A su feraz socaire, el tiempo pasa lento y cadencioso. Oyes la música de raíces escarbando y los brotes que buscan su rayola dorada… Beatus ille…

 

Beatus Ille

Te puede interesar