SI alguien le preguntan por su prototipo de persona abierta de mente, es difícil que piense –incluso aunque sea militante de Vox– en un miembro de la familia Franco. ¡Ay, los estereotipos!, resulta que los descendientes del dictador han recurrido a la fiesta del Orgullo Gay como argumento para defender el entierro de los restos del general en la Almudena. La delegación del Gobierno en Madrid desaconsejó el traslado a la catedral por razones de seguridad y de orden público, pero los Franco aseguran que el riesgo sería menor que cuando se registran concentraciones multitudinarias. Algo de razón no le falta, pues en la actualidad hay muchos menos franquistas que gais. Aunque también es verdad que seguro que hay personas que pertenecen a ambos grupos. FOTO: una persona, en una fiesta del orgullo gay | aec