Una solución que no se puede aplazar

A estas alturas nadie duda de que Juan Guaidó se precipitó al buscar la caída de Nicolás Maduro. Sin embargo, no se le puede culpar de intentarlo. La desesperada situación por la que atraviesa Venezuela no permite aplazamientos. Urge una solución que termine de una vez con la hambruna que vive el que pasa por ser uno de los países con mayores recursos del planeta. Sin embargo, si se quiere evitar que se produzca una guerra civil, es preciso medir muy bien los pasos, ya que mientras Maduro conserve el apoyo de los militares, puede aplastar con violencia cualquier intento ciudadano de acabar con su dictadura.

Una solución que no se puede aplazar

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