No es que Quim Torra se marchara a Washington, porque hubieran detenido a su sobrino, sino que, estando en Washington, la Policía detuvo a su sobrino por intervenir en el sabotaje a la libre circulación de los trenes del AVE, como miembro destacado de los CDR (Comités de Defensa de la República), que deberían denominarse CDRI (Comités de Defensa de la República Inexistente).
No se tiene confirmación de que el tío negociara en Washington la libertad de su sobrino, ni él, ni su tía, porque la señora de Torra, doña Carola Miró de Torra, le ha acompañado a Washington, así como una corte de una docena de personas, amén del personal desplazado de los medios informativos subvencionados por la Generalitat, gracias al dinero de los impuestos que administran, y que ni siquiera Cristóbal Montoro logró inspeccionar. Pero no todos los que forman la Corte del Tío han viajado desde Barcelona, porque la delegada de la Generalitat en Estados Unidos, Victoria Alsina, no ha gastado nada en transporte, y sus desplazamientos entran dentro del millón de euros anuales que cuesta mantener la delegación.
Si el sobrino hubiera llevado a cabo en Estados Unidos lo mismo que hizo aquí –impedir la libre circulación de los trenes y perjudicar a los viajeros– no estaría ahora en la calle con cargos, sino que se encontraría encarcelado, porque la represión española de la que habla el tío es la aplicación de las leyes, y resulta más suave que la estadounidense.
Por lo demás el dinero de los contribuyentes, catalanes y españoles, se ha invertido en denigrar a España y a su Gobierno, a sus jueces y a su Policía, sin que la Embajada de España, que también pagamos los contribuyentes, haya tenido ninguna reacción contra este tío de tan profundas convicciones familiares, porque familia que sabotea unida, me imagino que permanece unida... hasta que la cárcel les separe.