está claro que los hombres no somos capaces de aprender de nuestros propios errores. Por eso, es como para echarse a temblar el aviso de los expertos, que aseguran que la vivienda comienza un nuevo ciclo dorado. De entrada se habla de que los precios volverán a tirar para arriba, pero matizan rápidamente que en esta ocasión no se esperan excesos. Todavía estamos pagando a estas alturas el reventón de aquella burbuja de la que todos avisaban pero que nadie fue capaz de impedir. Por ello, es fácil imaginar que la ausencia de excesos que ahora mismo se pregona termine por olvidarse y vuelvan aquellos de tiempos de comprar sobre plano y vender con beneficio antes de que ni tan siquiera se hubiera colocado un ladillo en su sitio. Harían bien los bancos en moderar sus ansias de ganancia y recordar los miles de millones que su falta de criterio les han costado a las arcas públicas.