¿EN FUNCIONES O HUIDO?

Más que funciones lo de nuestro Gobierno es un circo y no, que también, por lo crecido que tiene los enanos.
Desde el presidente, que deja sus funciones para soltarnos cosas como “los seres humanos hacen cosas estupendas” hasta –hablando del robo con alevosía y de noche y de día– despachar la corrupción en Valencia con un “no teníamos ni idea, no sabía nada aunque habíamos oído cosas”. Y “las cosas” pasaban durante su mandato –de ahí lo del circo– y delante de sus narices y gafas, pues asistió a los actos monumentales –y carísimos– de las elecciones pagadas con dinero “B” hasta un 43%, que es una pastizarra, como los fastos de Madrid, y aún no sumaron, en ese recorrido por esta vieja piel de toro, las romerías del monte do Gozo
Y ahí lo tienen (bueno, ahí no lo tienen) el Gobierno del PP que dice que no tiene que rendir cuentas, pues el actual Parlamento no lo ha elegido, una interpretación irresponsable de un gobierno huido. Alguien ya se lo dijo: un gobierno en funciones con toda la irresponsabilidad a cuesta. Y es que mientras estén cobrando el presidente y sus colegas de Consejo de Ministros tienen que atender las preguntas, las peticiones de información, las interpelaciones, el control y las comisiones de investigación. 
Y en medio de tanta irresponsabilidad el PP se entretiene con indirectas sobre el futuro de Feijóo: si se marcha, si vuelve a su puesto de funcionario o si recoge los frutos de su “experiencia” pasando una de las muchas puertas giratorias que ya le adjudican.
En el Parlamento gallego por hablar mientras estás allí, te castigan sin empleo y sueldo y en el Senado a la “jefa” de Valencia por estar callada, le pagan (pagamos) aunque además no esté.
Y, en plena huida del Gobierno, siguen “pasando algunas cosas”: fuera, la indecente y vergonzosa actitud de la Europa de los mercaderes con quienes en busca de paz huyen de la guerra; comida para no pasar hambre; en Madrid toda la oposición quiere que el Congreso revise las leyes del PP, por ejemplo la creación de una comisión de investigación, con capacidad para forzar comparecencias. Y por aquí el vergonzante abrazo del presidente Feijóo a Baltar un día después de que este y la mujer que lo denunció por ofrecerle un empleo a cambio de sexo, compareciesen en el juzgado, tal como contaba este periódico anteayer. 

¿EN FUNCIONES O HUIDO?

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