l pasado mes de julio ha sido el mes más caluroso de la historia desde que se tienen registros. El anterior récord era para otro mes de julio, en este caso de 2016. Según los datos del Programa Copernicus de la Unión Europea, el de 2019 superó en 0,04 grados la anterior marca. No es mucho, es cierto, pero sí indicativo de una tendencia a la alza y aunque es posible que este año no acabe siendo el más caluroso de todos, todo parece indicar que si estará entre los cinco más calientes. Si vemos que 2016, 2017 y 2018 también se encuentran en este ranking, queda claro que el calentamiento global es una evidencia fuera de cualquier duda.
Pero si buscamos información sobre este cambio en Youtube nos encontramos que las cosas no son tan claras. Un reciente estudio que ha analizado 200 vídeos de esta popular red social encontró que más de la mitad de ellos contenían informaciones falsas que chocaban directamente con el consenso científico sobre el tema.
¿Cuál es la importancia de este dato? No se puede obviar que hoy en día Youtube cuenta con más de 2.000 millones de usuarios registrados y que se ha convertido en una de las principales herramientas utilizadas para obtener información sobre ciencia, salud o tecnología. Que en ella se de cabida a información que contradice el discurso científico hace que surjan dudas que hacen más difícil asimilar la verdadera magnitud del problema.
No es el único tema en el que se pueden encontrar falsos contenidos que comparten espacio con otros verdaderos. La tierra plana, la negación del viaje a la Luna, la relación entre vacunas y autismo o falsos remedios para el cáncer o el VIH también se posicionan en esta y otras redes sociales de una forma preocupante.
Por eso no pocos son los que solicitan un mayor compromiso de los gestores de las redes sociales en la lucha contra estos falsos contenidos. Pero también es necesario exigir a la comunidad científica una mayor actividad por su parte. El acceso igualitario a grandes plataformas de distribución de contenidos no ha sido aprovechado como debería y el espacio ha sido ocupado por teorías pseudocientíficas que están sembrando una duda que no debería existir y que está distrayendo el foco de lo que deberían ser nuestras principales preocupaciones. Como el exigir a nuestros gobiernos de una vez por todas medidas en verdad comprometidas con la lucha contra el calentamiento global.