Elecciones americanas

Recta final para las elecciones que podrían revolucionar el mundo. Los demócratas encabezados por Hillary Clinton y los republicanos por un Donald Trump que no deja indiferente a nadie con sus peculiares salidas de tono y sus frases polémicas cargadas de racismo, xenofobia, machismo o hasta violentas. No le queda nada contra la que decir un disparate, pero lo grave es que los estadios están llenos aplaudiendo estos discursos. 
Si bien las últimas encuestas dan una pequeña ventaja a la demócrata, ojalá sea así, las cosas se están apretando, según nos dicen los corresponsales desde la ciudad que nunca duerme. Donald Trump sabe que tiene un público fiel que le apoya para ser el próximo presidente de Estados Unidos, y en uno de sus mítines en Iowa, dijo que podría cometer un atentado en el centro de Nueva York sin preocuparse por perder apoyos. Un país que está en constante amenaza por terrorismo, no puede o no debe, poner la violencia por frontera para acabar con ella. 
En esa misma línea sigue su discurso, “Restablecer el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo”, “Pedir el bloqueo completo y total a la entrada de musulmanes en EEUU”, “Si gano las elecciones, devolveré a los refugiados sirios a casa”, cierre de fronteras con México, “Este es un país en el que hablamos inglés, no español” 
Pero sin duda, si estas afirmaciones son graves, las que vertió sobre las mujeres, máximas electoras, no dejó a nadie indiferente. Frases, de un machismo al máximo, llevando a este colectivo a tal bajeza, tal desprecio, que me lleva a pensar sobre él que es una persona enferma, pero enferma de un poder a grandes escalas. Quizás sus ceros en su cuenta corriente, le crean impugne, pero para este caso, no hay nada mejor que la  democracia, castigarlo en las urnas. 
Por otro lado tenemos a una mujer, que siempre tuvo claro lo que quería. Hillary Diane Rodham Clinton, más conocida como Hillary Clinton, actual candidata por el Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. Es la  primera mujer candidata en obtener ese estatus de parte de uno de los partidos más importantes de Estados Unidos.  
Empezó como asesora  parlamentaria en temas legales, cofundó Defensores para Niños y Familias de Arkansas, una organización sin fines de lucro. Se convirtió en la primera mujer en presidir la Corporación de Servicios Legales en 1978, ayudó a crear programas sobre seguro médico infantil, adopciones y hogares de guarda, fue la primera mujer en ser senadora, secretaria de estado... Sin duda, no hay color entre ellos. 
 

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