Es cierto. Los políticos son necesarios en cualquier país democrático. Cada vez, los ciudadanos, queremos políticos más responsables y comprometidos con la sociedad. Por desgracia hay muchos que solo están “comprometidos” con su ideología, formación política o con los amigos de la candidatura. Quieren seguir y seguir en la vida pública, legislatura tras legislatura, con la única filosofía de que el fin justifica los medios. El poder es lo más importante y todo vale con tal de mantenerse en el puesto.
Por suerte una nueva clase política con una manera diferente de entender la política está pisando fuerte para trasladar sus ideas a una acción de gobierno que beneficie a la mayoría de los ciudadanos. Se les criticaban cuando se manifestaban llenando las plazas y calles de todo el país, culpándolos de demagogos y utópicos. Ahora se han organizado políticamente, con un claro compromiso para con la ciudadanía. A pesar de todo se les siguen criticando, por parte de la vieja guardia política, de faltos de propuestas, con programas difíciles de cumplir, falta de experiencia, etc. Ahora, de ellos depende demostrar su valentía.
Quizás no son conscientes de que los ciudadanos somos más inteligentes de lo que piensan algunos “políticos profesionales” y no vamos a consentir que se sigan riendo de nosotros. Por eso queremos que los políticos que nos representen, luchen por el mantenimiento de una política social eficaz, donde se reduzca la desigualdad social, que luchen en contra de los recortes en sanidad y educación, principalmente, que luchen por generar empleo de calidad y, en definitiva, que luchen por la defensa de los derechos humanos de las personas para que tengan una vida digna.