Nada fácil

Sucedió hace dos años durante la Feria del Libro de Bogotá. Me invitaron a un almuerzo con un grupo de escritores y editores colombianos donde hablamos de todo, de Literatura, claro, y de política. Y aún recuerdo la que se “armó” cuando pregunté cómo iba el proceso de paz, las negociaciones con las FARC. En ese momento mis amables interlocutores se transformaron y se enzarzaron en una batalla dialéctica de esas que cortan la respiración. Unos defendiendo la negociación con las FARC otros criticando sin piedad la negociación. Se dijeron de todo y aunque intentaban retener los insultos a alguno se le escapó algún que otro exabrupto.
Yo me quedé callada lamentando haber desencadenado la tormenta. En realidad no podía ni imaginar el abismo tan profundo que dividía a la sociedad colombiana.
Lo cierto es que al Presidente Santos no le ha sido nada fácil lograr la firma de la paz con las FARC y que durante el proceso el ex presidente Uribe no le ha dado ni un segundo de respiro acusándole de todo lo habido y por haber. El duelo entre ambos políticos ha sido despiadado, sin tregua.
Les cuento esto porque la elección de Iván Duque, el candidato de Uribe, como nuevo Presidente de Colombia, abre un periodo de incógnitas para Colombia.
Duque no era partidario de la negociación con las FARC y mucho menos de los acuerdos alcanzados. He escrito “era” porque en los últimos días de campaña electoral Iván Duque ha ido matizando, es decir ha dicho que va a “reformar” algunos aspectos del acuerdo con las FARC pero no ha cuestionado la validez del acuerdo. Sin duda estos matices disgustan y mucho a su principal impulsor el ex presidente Uribe.
Pero en política es un clásico que los “delfines” demuestren su independencia respecto a sus mentores haciendo lo contrario de lo que estos esperan.
No lo va a tener fácil el nuevo Presidente colombiano precisamente porque si ha llegado a la presidencia ha sido, principalmente por su subordinación ideológica a Uribe y su oposición radical al Presidente Santos..
No solo, evidentemente, ya que Iván Duque representa una opción muy conservadora. Opción que ha derrotado sin paliativos a la del candidato de la izquierda, Gustavo Petro. En realidad, tanto Duque como Petro representan dos opciones políticas antagónicas amen de dos maneras de entender Colombia.
Veremos si Iván Duque ahora que ha ganado las elecciones modera su discurso y opta por el pragmatismo que pasa por aceptar el acuerdo con las FARC por más matices que quiera introducir a ese acuerdo y sin que los suyos se sientan excesivamente decepcionados.

Nada fácil

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