LAS revistas del corazón sirven, aparte de para otras muchas cosas, para saber que Pedro Sánchez es una especie de romanticón a la antigua usanza que renueva los votos de amor con su mujer, Begoña, mandándole todas las semanas un ramo de flores a la oficina. Habrá algún mal intencionado que piense que a lo peor lo hace para pagar algún error, sin embargo, la mayoría cree que es un modo de celebrar por todo lo alto la última vez que dijo un “sí”, en su boda. Desde ese día, Sanchez se ha instalado en el “no, no y no”.