Las personas que llenaron el salón de plenos el pasado 29 de octubre, acudieron no tan predispuestas a defender la Semana Santa ferrolana, como a insultar a un gobierno local que propone diversificar la procedencia de las subvenciones.
¿Hay algún problema en pedir a la Xunta la retransmisión gratuita de la procesiones o en que la imprenta de la Diputación imprima los carteles?
Sería mejor debatir sobre las actividades complementarias (música sacra y teatro) que pueden desarrollarse durante esos ocho días, para asumir la demanda extra y dar un salto cualitativo en beneficio de hosteleros, comerciantes y vecinos, pero alguien decidió abrir una falsa guerra de religión pensando en las elecciones del 20-D y ya las cofradías amenazan con suspender las procesiones mientras que algunos hablan, nada más y nada menos, que de persecución religiosa. Lástima que la diócesis continúe sin obispo.