stos días hemos visto y muchos se habrán dado cuenta de las cifras astronómicas y galácticas que mueve y genera el deporte del fútbol. Un deporte que ya hace tiempo ha pasado a ser un negocio de hacer dinero tanto con sus fichajes como todo lo que genera su publicidad, y si te llamas Neymar, Messi o Ronaldo sabes que tus ingresos se disparan más de trescientos por cien.
¿Acaso una persona puede costar los 222 millones qué se ha pagado por uno de ellos por irse a otro club? Las mañanas de Cuatro lo criticaba el otro día con el titular de que Neymar cuesta más del doble de lo que España gasta para la pobreza infantil.
Pues sí, vuelvo a reiterarme de que en España sigue habiendo y seguirá habiendo pobreza infantil, porque no se trabaja bien para su erradicación.
Las redes se llenan de apoyos cuando hay alguna desgracia o algún día D que los afecta y de aquella todos nos volvemos solidarios y aunque sea subiendo con un hashtag nuestro apoyo, lo triste es que queda sólo en eso porque al día siguiente se mira para otro lado y a seguir en otras guerras, pero aplaudimos y comentamos la vida de estos seres.
Asco, rabia es lo que nos hacen sentir a muchos, rabia porque se permita todo en el mundo del fútbol, miremos su federación y espero que hagan buena limpieza con el auto que se abrió y lleguen hasta el fondo, caiga quien caiga.
En el caso de este galáctico fichaje mandan los petrodólares ya que lo que persigue Qatar con sus movimientos e inversiones en el fútbol europeo es resituar su posición en el tablero global -tras el boicot de Arabia Saudí y sus aliados- y lavar la imagen de un régimen que pisotea los derechos humanos.
De ahí que el emirato invirtiera antes de Neymar 500 millones de euros para situar al PSG en la élite del fútbol continental y de ahí que haya reportado más de 200 millones en patrocinios al Barça.
Además, el Mundial de Qatar nombró a Xavi embajador oficial y el propio Guardiola, que jugó dos temporadas en el emirato árabe, ha llegado a calificar a Qatar como un país “abierto.
La UEFA debe adaptar su normativa de control económico para impedir la competencia desleal que supone para los clubes europeos que algunos equipos reciben inyecciones económicas de Estados, y que empiecen por nuestro país.
Me niego a que nos sigan haciendo tontos, y que sólo se hable de tres futbolistas, o tres clubes, y que esto como todo, debe de pararse y como decía aquél “España va bien”, sí de carallo.