El triunfo de Rivera

Sobre el resultado de un debate ocurre lo mismo que con las tortillas de patatas. Hay opiniones para todos los gustos. Con cebolla, sin cebolla, a la paisana, etc. Visto el primer debate y cuando esto escribo, a falta del segundo, tengo para mí que Rivera estuvo más incisivo y televisivo que los demás. Ganó el debate. A Casado le debieron convencer para que bajara el pistón y quizá por eso le cedió a Rivera la iniciativa quedando el presidente de Ciudadanos como el líder de la oposición. Algo parecido dibujaron un perfil de Iglesias que de no ser por los años que le hemos visto jugar a otra cosa y por la extrema izquierda bien podría decirse que se ha pasado a la socialdemocracia.

A Sánchez se le vio incómodo y nervioso desde el primer momento. Traía un argumentario ideado para asociar a Casado y a Rivera con Vox, pero Vox no estaba en el plató y quien sí flotaba por el estudio era el fantasma de Torra, como una y otra vez le fue recordando Rivera. El desconcierto de Sánchez era manifiesto. Hasta llegó a citar, sin venir a cuento, que era el “día de la Tierra”. Perdió el primer debate y perdió la oportunidad de contestar a dos preguntas. La primera a requerimiento de Rivera le emplazaba responder si en caso de que fueran condenados por el Supremo, indultaría a los políticos catalanes que están siendo juzgados por el intento de golpe de Estado de octubre de 2017. No respondió. Tampoco contestó a Iglesias, muy interesado en saber si entraba en sus planes pactar con Ciudadanos caso de que la aritmética parlamentaria favoreciera esa opción que al decir del líder de Podemos es la fórmula con la que sueñan los patronos del Ibex.

Casado no cometió ningún error, pero no transmitió la imagen de estar al timón del primer partido de la oposición. Por decirlo coloquialmente, Rivera le robó la cartera. Estuvo brillante y agresivo frente a un Pedro Sánchez que parecía desconcertado ante la osadía que delataban algunas de las embestidas que recibía. Los diez meses de Falcon y el culto a la personalidad que ha recibido le han hecho perder el contacto con la realidad y de ahí su incomodidad en un debate en el que no era más que uno más de los participantes. Rivera también fue inmisericorde con Casado sacando a relucir la foto de la detención de Rodrigo Rato para decir que era un resumen de lo que había sido la política económica del PP de Rajoy. Está claro que el líder de Ciudadanos juega a desplazar al PP del centro del escenario. En fin, una cosa son los debates y otra el resultado de las elecciones.

El triunfo de Rivera

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