cuando uno se cabrea con sus amigos de toda la vida, no puede pretender que le sigan invitando a las cervezas cuando coincidan en el bar. Por eso es difícil de comprender el ataque de piojos que le ha dado a Theresa May a cuenta de que la Unión Europea haya reconocido a Gibraltar como “colonia británica” por primera vez en la historia. La mención, que se ha realizado a petición de España, forma parte de un texto aprobado ante la posibilidad de que se produzca un Brexit caótico. Y lo mejor de todo es que después de años de conflicto, hayan sido los propios ingleses los que se hayan puesto la soga al cuello que ahora amenaza con poner fin a la soberanía sobre el mayor anacronismo que sigue persistiendo en Europa. Hasta ahora, a los británicos les preocupaba la posible frontera entre las irlandas que dinamitara el acuerdo de paz que puso fin a años de guerra. Sin embargo, parecía que los ingleses no eran conscientes de que tenían más fronteras con Europa. Aparte del canal de la Mancha.