La bolsa española sufrió la semana pasada un parón en su racha de subidas. El Ibexperdió más de un 3,3% a pesar de los buenos datos de paro registrado de mayo. Paradójicamente, el dato de desempleo en EEUU, el peor desde 2007, invadió las bolsas de pesimismo sobre la evolución de la economía estadounidense y pone en cuestión la subida de tipos que el mercado daba ya por descontada para este mes de junio. En España, sin embargo, el paro descendió en mayo en todos los sectores, sobre todo en el turismo y entre los jóvenes menores de 25 años. Se crearon casi 200.000 empleos y cerca de 150.000 contratos firmados fueron indefinidos.
Lógicamente el PP ha hecho valer estos datos para insistir en que hay que seguir con sus políticas: profundizar en la reforma laboral, sobre todo en la formación de los parados y en su formación con la colaboración pública-privada ya puesta en marcha. Cierto que se ha producido controversia a cuenta del informe del Banco de España en el que insiste en la necesidad de rebajar el despido de los contratos indefinidos, en revisar el tiempo de las prestaciones por desempleo y en otras dos variables imprescindibles que tienen que ver con seguir reduciendo el endeudamiento público y privado y en el aumento de la productividad.
También vamos conociendo algunas propuestas electorales en materia fiscal. En este terreno tampoco se observan muchos cambios. El PSOE es partidario de subir los impuestos, crear empleo público y regar de dinero pagando la luz, el gas y lo que haga falta a las personas con menos ingresos, mientras que el PP mantiene que se pueden bajar, incluso cumpliendo las exigencias de reducción del déficit, y la creación de hasta 2 millones de empleos, de forma que se acabe la legislatura con 20 millones de trabajadores. También propone ayudas a las familias, por hijo y tiempo de excedencia.
Ya entramos en tiempo de descuento para las elecciones y aunque las promesas, sobre todo en materia de impuestos, no sabemos cómo podrían afectar al voto, todos siguen pensando que la economía importa y mucho a los electores, sobre todo si hablamos de empleo. En todo caso, esto acaba de empezar, aunque parezca mentira. Quedan por delante los debates televisivos que ya se comprobó en la anterior campaña de diciembre que sí tuvieron su impacto en el electorado.