Por desgracia cada vez estamos más acostumbrados a las reiteradas mentiras de los políticos con las que pretenden convencernos para que nuestros votos sigan alentando sus ascuas para que el fuego no se apague. En los últimos tiempos y desde que el Gobierno de España está presidido por Pedro Sánchez, los desmentidos están a la orden del día. Rara es la jornada en la que el titular del ejecutivo, o alguno de sus integrantes, no sale a la palestra de los medios de comunicación, sobre todo en la televisión oficialista que preside Rosa María Mateo, en otro tiempo musa de la profesión y con vaivenes demasiado significativos, para contarnos algo que horas después tiene que desmentir.
El ultimo globo, que yo denominaría de ida y vuelta, como un bumerang, tuvo el aire insuflado desde la agencia oficialista Efe, que se encargó de lanzar al aire el adelanto electoral a modo de arma arrojadiza periodística para intentar mover el sentido del voto de los independentistas cuyos compañeros de aventuras están procesados y están siendo enjuiciados.
Lo que más me sorprende en todo este proceso de nuevas noticias que se convierten en falsas –fake news, como dicen los modernos de la red–, es que el país, por desgracia, está girando en torno a las que se inventan permanentemente medios digitales que tienen su caldo de cultivo en este tipo de informaciones, y los medios oficialistas con son las televisiones española y catalana, para que luego sean recogidos por la generalidad periodísticas y se produzca un desconcierto en los lectores, oyentes y televidentes que las siguen.
En estos largos ocho meses de mandado creo que Sánchez ha batido el récord de pinchar globos de informaciones no ajustadas a la realidad. Es ya hora de que el presidente del Gobierno y su equipo pongan por delante los intereses de los españoles, todos los españoles incluidos los catalanes, ante los particulares y personales para seguir ocupando las habitaciones, salones y comedores de la Moncloa. El “no va más” de la ruleta es una frase hecha con las que los crupieres nos anuncian que ya no se puede apostar más. Y en este caso, tan crucial para nuestro país, los crupieres somos todos los españoles.