Guti, otrora más habitual de las revistas del corazón que de las portadas de los diarios deportivos, se reconvirtió en entrenador y sacó el hombre serio y formal que llevaba dentro, hasta que una supuesta noche de fiesta con los jugadores del Almería ha vuelto ha ponerlo en la picota. Según el portal deportivo, habría estado en un conocido local con los futbolistas a los que entrena, lo que sumado a los pobres resultados del equipo le podrían llevar a la destitución. Los que dan la voz de alarma igual no han entendido que la mejor forma de evitar que los jugadores se descontrolen es vigilarlos de cerca. Técnicas de entrenador moderno.