Lo de los premios Nobel tiene cada día más gracia. Obama recibió el de la Paz –¡que también tiene tela!–, pero acabó demostrando que alguna justificación había para concedérselo, pues evitó cualquier acción violenta cuando ZP aterrorizó a toda la Casa Blanca al presentarse allí con sus hijas góticas. A Bob Dylan le tocó en suerte el de Literatura, aunque en vida ha escrito un libro. Pero, claro, como no lo hay de música, a lo mejor componer canciones es un ejercicio literario. El caso es que la identidad de los candidatos a ganar este año el de la Paz está protegida bajo un blindaje más impenetrable que el escudo antimisiles. Sin embargo, Time asegura que entre los aspirantes se encuentran Trump, Kim Jong-un y Puigdemont. De todas formas, la revista estadounidense habla todo el tiempo de Carlos y no de Carles; es posible, por lo tanto, que no se trate del genuino Puigdemont sino de un hombre diferente. Anda que si se tratase de un furibundo opositor a la independencia de Cataluña. No iba a ser divertido ni nada.