CAUSAHABIENTES

Consejería de Asuntos Sociales, un ujier irrumpe en el despacho del consejero. Interrogado sobre el motivo de su presencia, le informa sobre la llegada de un grupo de menesterosos en demanda de la limosna prometida a los que ha atendido por haberse ausentado el Subdirector general y el cuerpo funcionarial, a fin de manifestarse en defensa de sus derechos laborales.

El consejero sensible a sus reivindicaciones, afirma en voz alta: “Quién como ellos”. Para a continuación interesarse por los marginados del rellano. “Son gitanos, moros, negros, putas y tullidos, señor consejero”. “¿Y qué se les ofrece?”. “Reclaman lo suyo”. “Pues créame si le digo que la situación es tan mala que he tenido que retirar el dinero librado a ese fin a fin de abonar la nómina a los ausentes”. “No tema, se han ido con viento fresco”. ¿Y cómo así?” “Mis razones le he dado”. “¿De subdirector general habrán sido?”. ”Bastó mostrarle la costosa intendencia que los auxilia en su desgracia”.

Cierto soplo de melancolía y el tumulto que llega de la calle, más lo último, les lleva a asomarse, a izquierda caminan seis sombras derrotadas, a la derecha, avanza una multitud vociferante, el consejero, afirma: “Esa es amigo su naturaleza, muerden sin miramiento la mano que les alimenta”. “Se equivoca, los pedigüeños de los que le hablé son esos seis, los otros son los subdirectores y funcionarios”. “Razones no les falta”. “Las que a los otros les sobran”.

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