Enfrascados como están los dirigentes de Podemos en disputas por controlar el poder han vuelto a perder la oportunidad de aplazar “el asalto a los cielos” para ocuparse de problemas terrenales. Están fuera de la iniciativa popular que reunió cerca de 700.000 firmas para dotar de una renta mínima no contributiva de 426 euros mensuales a los desempleados que no perciben ninguna otra ayuda. Que son un millón ochocientos mil, según CCOO y UGT, los sindicatos que apoyan la medida. El PSOE ha hecho suya la iniciativa y la presentará en el Congreso . La propuesta tiene detractores. PP y Ciudadanos están en contra. Para desarmar a quienes se han manifestado contra semejante proyecto aduciendo que sería una carga excesiva para el Estado bastaría con emplazarles a qué hiciera la experiencia de sobrevivir con 426 euros .
Podemos no está entre los impulsores de la medida. En su caso, según expresión de Errejón, la ausencia de Podemos se debe a que el PSOE no contó con ellos. Como no es la primera que pasa suena a reconocimiento tardío del error. Error que al repetirse dejar de serlo para convertirse en tendencia. Pablo Iglesias que irrumpió en la política con la fuerza de quien se hace preceder por un buen diagnóstico de las causas y los efectos de la crisis se está quedando en eso, en señalar las grietas del sistema, pero sin aportar soluciones. Ni siquiera aquellas –como esta de los 426 euros– que no va a arreglar el problema del paro, pero que puede contribuir a mitigar situaciones límite de quienes viven en la penuria. Menos juegos de tronos y más ocuparse de los problemas reales de la gente.