Una nueva etapa diocesana

Como saben la pasada semana, en la Catedral de Mondoñedo, fue ordenado Obispo de nuestra Diócesis el claretiano Don Luis Ángel de las Heras, que hasta la fecha era el presidente de la Confederación de Religiosos (Confer). El nuevo Obispo es joven, con importante experiencia y el plus añadido de ser religioso. Su formación claretiana seguro que se notará en su gobierno.
Desde este rincón reiterarle mi bienvenida a nuestra Diócesis de la que supongo tendrá cumplida información en relación a sus características, virtudes y defectos, así cómo de su historia, sobre todo de la más reciente, que ha sido un ejemplo y, por razones que ahora no vienen al caso, se le ha dejado morir de la mano del Obispo Gea.
Con la ordenación, y al igual que siempre que apuesto sobre futuras decisiones de la jerarquía eclesial, he perdido mi apuesta a que el futuro cercano de la Diócesis era la integración de las parroquias en las Diócesis de Lugo y Santiago, desapareciendo Mondoñedo, aunque no descarto que tal opción siga latente en los objetivos futuros  cercanos. Ojalá me siga equivocando y volvamos a recuperar la intensidad de trabajo de otros tiempos pre-Gea. Don Ángel, ha llegado usted a una Diócesis con un alto grado de desmoralización, con sacerdotes de una media de edad elevada y una superficie en kilómetros cuadrados importante, población envejecida y en claro descenso demográfico. Las últimas reformas organizativas, las UPAS, no han dado el resultado que se podía esperar, únicamente han garantizado de manera razonable las misas; eso sí, cuenta con laicos comprometidos aunque su media de edad es también alta; un par de pastorales con actividad real y los templos cada día más vacíos. Pero por hoy ya está bien de diagnósticos que es el día de su bienvenida y no se nos vaya a desmoralizar. Solo una referencia a su discurso de ordenación, dijo: Buscaré soluciones contando con la gente. Ojalá sea así y escuche en todas las direcciones, dentro y fuera. Don Luis, le deseo lo mejor, de corazón y si me permite, hágale un despacho amplio al Espíritu para que le ayude; le hará mucha falta.
 

Una nueva etapa diocesana

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