SE veía venir. Una mesa de debate en la que estuviesen el ya octogenario Beiras; Anna Gabriel, la dirigente de la CUP que impuso en Cataluña la moda de cortarse el pelo al estilo de las nekanes, y la batasuna Marian Beitialarrangoitioa, una genuina nekane, con corte de pelo de nekane y ocho apellidos vascos, tenía que ser explosiva. Y lo fue. Entre tanta plurinacionalidad solo faltaba Santa Bárbara bendita, patrona de los mineros, para que aquello saltase por los aires. El nacionalista del pelo crecho no defraudó y reclamó un cruzada –unha revolta irmandiña– para acabar con el “podrido régimen del 78” y se laió de que por ahora el “único torpedo” encaminado a hacerlo explotar sea el independentismo catalán. Menos mal que le dio por la política y por tocar el piano, porque si le llega a dar por ser fogueteiro se carga la catedral de Santiago en la primera noche en la que le encargasen los fuegos del Apóstol. ¡Ah!, sus compañeras de mesa también demostraron que son unas expertas en el manejo de los cartuchos de TNT.