A María Casares, la mejor actriz nacida en A Coruña –y mira que por aquí hubo y hay mujeres que le echan tanta cara que parecen auténticas profesionales–, la calificaban en Francia, donde desarrolló su carrera, como una gran dama de la escena, la mejor definición que se puede emplear para un artista. Si heteropatriarcando ese concepto se pudiese hablar de gran caballero de la escena, habría que conceder ese título a Albert Boadella. El presidente de Tabarnia en el exilio –¡qué gran discurso el suyo al asumir el poder!: “Soy un payaso, pero a su lado (el de los independentistas) soy un modesto aprendiz”–, ha vuelto a demostrar que tiene más arte que todos los secesionistas juntos. Un comando republicano hizo una pintada en el muro de su casa con el texto: “Viba (sí, con “b”) Tabarnia, presidente”. Boadella se lo tomó con buen humor y él mismo añadió: “Moltes gracies Jafre”, que es el topónimo de su pueblo. Si no fuese un desviado de la causa, habría que darle el premio del teatro de Cataluña, pero como es lo que es, se quedará si él.