Maduro rebuzna la confesión que todos sospechaban

Hugo Chávez –menudo pájaro– se transformó en pajarito cuando llegó al otro mundo y regresó a este para trinarle al oído a Maduro. El presidente venezolano pensó que tenía el don de lenguas y se lo demostró al mundo entero hablándole a unas vacas, a las que les pidió su apoyo para la Constituyente. Las vacas no le hicieron ni caso –es posible que no le entendieran– y no le votaron, pese a lo cual sacó adelante la Constituyente, máxima ilusión para un país que se muere de hambre y que sueña con la libertad. Pero está empeñado en hacerse entender por los animales, porque no deja de rebuznar. El último rebuzno se le escapó y confesó lo que la comunidad internacional sospecha: “Tuvimos que traer quinientos soldados cubanos... perdón, se me escapó”. Pata negra, mano negra... todas las extremidades negras y el cerebro ya no te cuento.  

Maduro rebuzna la confesión que todos sospechaban

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