Canallas y héroes

La autoridad es reacia a admitir errores y busca a su alrededor culpables. Y aquí los hay. Los pirómanos son los canallas. Y luego está el humo. Quedan los rescoldos y sobre todo la memoria.  El personal, quemado por tanta mentira, hace las cuentas cansado de tantos cuentos y con dolor y rabia, pide explicaciones y no publicidad. Cierto que viento, sequía y altas temperaturas, vienen a recordar a “los jinetes del apocalipsis”, pero para sumar cuatro hay que añadir a la administración. Su responsabilidad por omisión e ineptitud.  

Es como si la Jefatura de Tráfico se quejase de los conductores que provocan accidentes y no pusiera en marcha drones, helicópteros, radares y –este último puente– quince mil efectivos vestidos de verde en coche, a pie y en moto, reconociendo que hay conductores dopados, que se pasan de velocidad, que van “colgados”, etc.

Por el contrario, la administración gallega se aferra la sequía, el viento y otras fuerzas de la naturaleza y los incendiarios, mientras reduce el número de brigadistas. Es además de sobra conocido que en Galicia el problema viene de lejos y que los recortes, una política errática y el autismo, año tras año, a los avisos que profesionales y labradores hacen desde su conocimiento y experiencia. Y todo esto –avisos, experiencias, datos, sentido común– se ocultan tras declaraciones confusas y, echando más leña al fuego, buscando al enemigo exterior y escondiendo mientras lo que pasa. ¿Un ejemplo? La maldita noche,  cuando La Sexta llevaba dos horas informando con imágenes de los incendios en Galicia, la TVG interrumpió (23.13) “Serramoura” en una de sus cadenas y en la otra el programa deportivo, para informar sobre los incendios, una vez llegó la orden de arriba, según denunció un profesional de la casa.

Por su parte, el presidente Feijóo (al que recordamos en 2006, cuando otra vaga de incendios recorrió Galicia decir que con ellos no habría muertos) explicó que el fuego había pasado el Miño ¿?, que los elementos estaban en nuestra contra y confesó que los elementos que a él le correspondían (material, brigadistas, etc.) estaban de vuelta tras haberles rescindido contrato días antes, los vecinos se quejaban de falta de ayuda oficial a la vez que destacaban la solidaridad de miles de ciudadanos. Estos fueron los héroes que minimizaron la canallada de los incendiarios. No es raro, pues, que el lunes, miles de gallegos –con dolor y rabia– repitieran en la calle “nunca máis”.

Canallas y héroes

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