De la famélica legión, pero con comodidades

Una cosa es militar en la famélica legión y otra pasar fame. Por ejemplo, Teresa Rodríguez, la díscola lideresa de Podemos en Andalucía, se descolgó hace una temporada en Instagram mostrando unas “croquetas antifascistas”. ¿Croquetas antifascistas? Igual cortó el jamón con la hoz y cascó los huevos con el martillo. La abuela Carmena es más de empanadillas, una labor peligrosísima. Las cocinó con mimo –como para un nieto– para Íñigo “El niño de San Ildefonso” Errejón, pero cuando llevaba la bandeja a la mesa tropezó y se partió el tobillo. Garzón, no Baltasar, sino el tal Alberto, artífice junto a Iglesias de que Unidos Podemos degenerase en Ni Unidos Podemos, que del sorpaso pasó al tortaso, ha sido el último en sumarse a la moda de los ciberfogones. Se ha retratado preparando “arroz a la marinera –“no le llamo paella porque no tengo ganas de pelea”– y con un atrezzo perfecto: Chándal de la DDR, paraíso del comunismo, y una Thermomix al fondo. El aparato vale más de 1.000 euros...Solo la élite del partido puede llegar a él.

De la famélica legión, pero con comodidades

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