¿Prohibir el aceite de palma?

El aceite de palma ha pasado de ser un completo desconocido al enemigo número uno de la humanidad. Se ha etiquetado como altamente nocivo para la salud y un peligro ecológico. 
Pero lo que más nos ha impactado ha sido descubrir como se encuentra escondido en buena parte de los productos que consumimos a diario. Leer las etiquetas de muchos productos nos puede llegar a sorprender al descubrir su omnipresencia. 
¿Los motivos de que la industria se haya volcado con este producto? Principalmente su versatilidad y su bajo coste. Ocultado al principio como un aceite vegetal (sin especificar nada más), las nuevas normativas empiezan a obligar a ponerle apellido y de ahí ahora su visibilidad. En este contexto han surgido iniciativas como la de Ciudadanos, que ha presentado una Proposición no de Ley para que se elimine su consumo alimentario o la de ERC para que se retiren los productos que lo contiene de máquinas expendedoras de centros públicos. En este contexto algunos supermercados se han subido al carro y ya han anunciado su intención de convertirse en espacios libres de aceite de palma.
¿Pero realmente el aceite de palma es tan perjudicial? Es cierto que hay algunos estudios que apuntan a que no es precisamente lo mejor que podemos consumir para nuestra salud. 
Un artículo del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona describía como las células tumorales tratadas in vivo con ácido palmítico (uno de sus principales componentes) se volvían mucho más agresivas y metastásicas que las que no lo hacían. Y antes desde Agencia Europea de la Seguridad Alimentaria se había publicado un estudio que afirmaba que calentado a más de 200 grados centígrados liberaba una sustancia potencialmente cancerígena.
Pero hasta la fecha faltan evidencias científicas que abalen su prohibición. La OMS, por ejemplo, aun no la incluido en su lista de carcinógenos como si ha hecho con la carne procesada. Menos duda ofrece su impacto ecológico, al provocar su cultivo la deforestación de buena parte del sudeste asiático. 
Sin embargo, tampoco es tan sencillo este asunto. Hay que tener en cuenta que hoy en día supone la forma de sustento de un buen número de familias que de otra forma no tendrían como salir adelante. Así que el debate sobre el aceite de palma tiene muchos frentes abiertos y conviene no dejarse llevar por populismos ante temas de tanto calado. 
 

¿Prohibir el aceite de palma?

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