A 50 por Lavedra

Ahora resulta que los recortes también han llegado a las multas de tráfico. Pero no por el hecho de que pongan menos, sino porque lo que han reducido es el margen de velocidad que lleva al radar a ponerse a cien y empezar a hacer fotos como loco. Y ahí, claro, caemos todos como conejos.
Porque, seamos sinceros, ¿cuántos cruzan el puente del Pasaje a 50? ¿O cuántos circulan por Alfonso Molina a los 80 que marca la señal?, porque ¿a quién se le ocurriría ir a más de 80 por una carretera más bien recta, de seis carriles, sin que vengan coches de frente, en la que los peatones cruzan por pasos elevados y en la mayoría de los accidentes no hay heridos graves? A un loco, sin duda.
Parece ser, si es que a alguien le quedaba todavía alguna duda, que la cosa está hecha para recaudar. Si antes el radar sancionaba a los que sobrepasaban el límite en casi veinte kilómetros, ahora los pardillos son los que se exceden en ocho.
Dice la Unión de Guardias Civiles que como la gente ya se portaba mejor y levantaba el pie del acelerador sin necesidad de cascarle una multa, pues la caja había pegado un bajón importante. ¿La solución? Muy fácil, si con un margen de 20 kilómetros no hay infracciones, se baja a ocho y asunto arreglado.
Y como tampoco es que le hayan dado la misma publicidad que al número de víctimas de tráfico de cada fin de semana, la mayoría no se ha enterado hasta que ha abierto el buzón y ha visto su nombre junto al membrete de la DGT.
Los damnificados se cuentan por cientos, aunque muchos son reincidentes, porque los hombrecillos de verde no tienen a bien, como hacían en El Padrino, darte un primer aviso, sino que las recetas suelen caer de cinco en cinco, una por cada día laborable.
Desde entonces, muchos atravesamos Lavedra con angustia y un ojo en el cuentakilómetros para tratar de afinar al máximo. El límite en la mayor parte del tramo es a 80, pero muchos van a 50, por aquello de asegurar.
Hay que reconocer que la nueva velocidad tiene ventajas. Puedes saludar a otros conductores; disfrutas del paisaje, especialmente hermoso en la zona, y hasta se pueden leer las pancartas de los pasos elevados: me he enterado de dos manifestaciones, una obra de teatro y de que, por fin, existen los milagros, se casan Pituco y Mayaya.

A 50 por Lavedra

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