El “Blue Star” espera en el puerto exterior de Ferrol la evaluación que determine si los daños provocados por el embarrancamiento son solucionables o si tiene que ser desguazado. Es una decisión que tendrá que tomar su armador. Sin embargo, el suceso, que mantuvo en vilo a Galicia durante más de dos semanas, demuestra que nuestra comunidad sigue indefensa ante estas situaciones. De nuevo, volvimos a librarnos de un desastre medioambiental por los pelos. Por eso, no es de recibo que los responsables políticos se congratulen de lo bien que han ido las coas. Si ha sido así, fue gracias a la contratación de dos impresionantes remolcadores (el “Boka Pegasus” y el “Union Princess”, que tuvieron que desplazarse desde Holanda para el rescate del quimiquero. Es increíble que, a estas alturas, Galicia no cuente con un buque de estas características para socorrer a los miles de barcos que pasan por sus costas.