De tiempo inmemorial oigo eso de “la reforma educativa”. Francamente, estoy harto del asunto. Si cambia la ideología del gobierno hay cambio de tercio en forma y modo de enseñanza. Se cambian materias y libros, pero no el sistema educativo de enseñanza. Resultado: cambios para seguir igual.
No puede ser que a un niño de siete años se le obligue a estudiar materias, como Ciencias Naturales, en un idioma que no es el suyo materno, con unas palabras extrañas que parecen inventadas. No se le puede enseñar a conjugar verbos en inglés, cuando todavía no lo han hecho en castellano; y menos a escribirlos correctamente, cuando todavía no dominan la ortografía en su idioma. Sin entrar en modos (esa es otra), el profesorado da las materias que ordenan unos gilipollas, sin cuidar las necesidades y capacidades de los alumnos, exigiéndoles esfuerzos que perjudican su aprendizaje. Pedagogía sin didáctica = cero. ¿Vale?