EL RESPLANDOR DE RAJOY

Yllegado el momento, nadie pidió la palabra ¡Cantata y fuga de Lolita! No hay divisiones en el Partido Popular, sólo una fuerza centrífuga arrolladora que dispersa a los barones, con pánico en el rostro, haciéndoles retornar a sus feudos, alejándose de Génova, como si esa sede fuese aquel hotel de invierno donde “El resplandor” fragua la tragedia que está por llegar: vacío de huéspedes, sólo un vigilante-vigilado, persiguiendo por los pasillos su particular “redrum” y llevando en su mano un hacha –miseria social– perseguido por fantasmas en forma de “ papeles de Bárcenas”.
“Quien tiene un empleo vive… ¡es feliz!” Esta soflama nos llevaría a la triste conclusión de que en España tenemos más de 5 millones de “muertos-vivientes- no- felices”. Esta estupidez dicha por un Presidente de Gobierno a tiempo parcial, merece todo el desprecio de esos millones de españoles que no viven; zombis en espera de destino, según Rajoy.
Dos años pasaron desde la última reunión de la Ejecutiva del Partido Popular. Razones sobradas había, los resultados de las andaluzas, presagio de un avatar de hechos adversos para un partido tramposo en los procesos democráticos y responsable del mayor desastre social, económico y político desde la restauración del 78. La Constitución vaciada de contenido y un país en estado de colapso. Todos los asistentes creían que serían testigos de una “catarsis”, aunque, al tiempo, sus navajas estaban a resguardo en los bolsillos, o en sus bolsos de Louis Vuitton, al lado de un abanico plegado por si “el caloret”.
¡Qué no, que aquí no ha pasado nada! sentencia el líder. Incluso, nombra a los confabuladores: “los veinticinco” –no se dirá que no es directo–. Mal dotado para la oratoria, se alía con la falsedad y regala esta frase: “El Partido Popular ha sido el protagonista del cambio desde las elecciones de 2011”, frase dicha para el optimismo de los asistentes, lleva implícita una tremenda carga de profundidad, no prevista por el orador, todo un paradigma del “timo” del que fuimos testigos. El gobierno de Rajoy dio un cambio radical a su programa, a la educación, a la sanidad, al amparo social. Tal ha sido el retroceso durante estos últimos años que hemos pasado a encabezar la lista de países con mayor desigualdad de la UE. Nos venden recuperación económica y recogemos miseria. Siembran albricias en los medios de comunicación afines y un silencio vergonzante esconde los gritos cercanos a los protagonistas de miles de suicidios inducidos por la desesperación. Nos vendieron luz y nos cegaron, nos vendieron calor y nos quemaron.
Al “viernes de Pasión” le siguió el martes de resaca y un miércoles con el Gran Capitán pagando peaje en Castilla-La Mancha. Quizás todo acabe como en aquel laberinto nevado, frente al hotel, con su protagonista momificado por el hielo, la mirada aterradora, y este país, en forma de niño inteligente, salvado de las paranoicas intenciones de un aprendiz de escritor de palabras vacías.

EL RESPLANDOR DE RAJOY

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